ANTONIO CALERO ORT1Z

La Escuela

Lo© Fenómenos

(La Trianera)

CARICATURA TAURINA EN UN ACTO, ORIGINAL

MÚSICA. DEL MAESTRO

BAUTISTA MONTERDE

■ñ

Copyright, by A. Calero Ortiz, 1915

SOCIEDAD DE AUTORES ESPAÑOLES Calle del Prado, núm. 24

1915

LA ESCUELA DE LOS FENÓMENOS

Antonio Calero Ortiz Blay M 66= 4a 1* -** Barcelona ff

Esta obra es propiedad de su autor, y nadie po- di&, sin su permiso, reimprimirla ni representarla en España ni en los países con los cuales se hayan ce^e brado, ó se celebren en adelante, tratados ínternacio nales de propiedad literaria.

El autor se reserva el derecho de traducción.

Los comisionados y representantes de la Sociedad da Autores Españoles son los encargados exclusivamente de conceder ó negar el permiso de representación y del cobro de los derechos de propiedad.

Droits de representation, de traduction et de repro- duetion reserves povr tous les pays, y compris la Sue- de, la Norvége et la Hóllande,

Queda hecho el depósito que marca la ley.

U ESCUELA DE LOS F

CARICATURA TAURINA

en un acto, en prosa y verso

ORIGINAL DE

ANTONIO CALERO ORTIZ

música del maestro

BERNARDINO BAUTISTA MONTERDE

•Estrenada en el TEATRO CÓMICO de Barcelona el 8 de Julio de 1915

-#-

MADRID

S. VHLAfiOO SHP„ MABQliÉS OB QáMfA ABAt U BUP TtUtonc *úm*ro$fs

1915

Digitized by the Internet Archive

in 2011 with funding from

Üniversity of North Carolina at Chapel Hil

http://www.archive.org/details/laescueladelosfeOObaut

Al Sr. D.

Celedonio ]. de Si^pe

J^eces/'/afa/nos ¿//z /¿o/nfre co#a¿/e //¿/s/rar es.~ /as pofres /)ag//zas; /i a es /r o a/rev/m/e/i/o /zos /ía //e¿sa¿/o a es/a/n/tar efs&j/o, co/ijíac/os e/i aae ace#- /ara' es/a /^oa'es/a ded/ca/or/a.- /?or /o ci/af/és c/v/- rrf/i e/er/?a/ne/z/e ac?raa'ec/a'os sas aJ<?c//s//nos ¿/ seguros serv/dores.

^~2&¿ Qyt€¿J#it¿

REPARTO

PERSONAJES

ACTORES

SOLEÁ «. Sea. Hernández..

SEÑA ANGUSTIAS. . . , Tornamiea.

SEÑÓ PEPE-HILLO Se. Güell.

REHÍLETE Fuentes.

DON LUIS Cruz.

SEÑÓ CURRO Ledksma.

DON CÁSTULO Garrido.

DON TIRIFILO Castejón.

DON SERAFÍN... .... Gaetano.

EL FAROLES Serra.

EL PENITA8 Peral.

EL MIGITA. Seta. Martínez.

EL PINTURERO Blanco.;

CRIADO 1.° Se. Maetí.

ÍDEM 2.o..é Ballestéeos,

ÍDEM 3.o Fontens.

UN NIÑO N. N.

Alumnos, espectadores, murguistas y coro general

La acción en Sevilla.— Época actual

Derecha e izquierda, las del actos

£»y**

<Mr+f**$mb>¡!!t+*A

*"*€K

m&mmsmimmmmsmmmmm^mmmmmimm

MMHffifo*

ACTO ÚNICO

Planta baja de una casa eu Triana. Dos puertas laterales, una gran- de al foro. Sobre ésta, un trofeo taurino y un rótulo que diga: «Academia Taurina». «Paso al Corral». La puerta de la derecha conduce a la calle; la de la izquierda, al cuarto de Soleá, Eu primer término izquierda, una banquilla de zapatero, con la& herramientas necesarias. Al foro del mismo lado, una mesa, y, sobre ella, un barreño, varias botellas y envoltorios de vendas y algodón. En la pared del foro, una cabeza de toro disecada; las paredes adornadas con carteles de toros. Sillas ordinarias conve- nientemente distribuidas. En la lateral izquierda, una guitarra colgada. Es de día.

ESCENA PRIMERA

SEÑÓ PEPE HILLO y REHILETE, trabajando en la banquilla

Música

Pepe Me dijo ayer mi vecina

que si me hallaba con fuerzas

pa ponerJe a sus zapatos

tacones y medias suelas.

Yo le contesté al momento

que eran mi especialidá

los pases de molinetes

y las buenas estocas. Los dos Y salió diciendo

que soy un camueso;

v..k U> _. c-j «... KJ

8 -

que con el estoque siempre pincho en hueso; pero yo le dije que puede probar y cuando ella quiera que toque a matar.

Pepe Hace quince o veinte años,

antes de ser zapatero,

to el mundo me conocía

por mi fama de torero:

el salto de la garrocha

no hubo quien lo diera igual

y tuve que retirarme

por recibí una corná. XiOS dos Y toavía hay quien dice

que soy zapatero

porque no he servio

nunca pa torero:

pero todo el mundo

lo tiene oservao

que to eso es envidia

que a me han tomao.

Hablado

Rehi. ¿Y es verdá que ha sío usté tan güen torero

como dice, maestro?... Pepe ¿Que si he sío?... ¿Tú has visto a Vicente

Pastor? Rehj. Sí, señó.

Pepe Pos ríete de Vicente Pastor.

Rejjí. Ja, ja.

Peí e ¿Tú has visto a Bermonte?

•Reh¡. ¡Sí, señó.

Pepe Pos ríete de Bermonte.

Reht. Je, je.

Pepe ¿Tú has visto al Gaona?

Rehí. Sí, señó.

Pepe Pos...

Rehi, No siga usté; me río también del Gaona:

ahora, que como él sepa que yo me río, me

da una boleta que me manda a mudar de

agua. Pepe ¿Con qué te gastan a ti más los Gallos?

Rehi. A mí, con arró.

Pepe No seas asaura, niño; io que yo quió decir-

te, es que con qué te gustan más: ¿con er capote, con la muleta, u en banderillas?

Rehí. A mí, de toas maneras.

Pepe Güeno; pos to lo que hacen ellos, lo he he-

cho yo; pero mucho más perfercionao.

Hehi. ¿Y quién ha sío su maestro?

Pepe ¿Maestro?... ¡Ninguno!... Yo que he tenío la

mujer más inteligente en cuestión de cuer- nos, qne te pues imagina. Siempre estaba tratando con toreros. Algunas veces, venía de la calle con alguna nueva lerción, y me decía: «embísteme». Yo, le embestía, y me daba unas medias verónicas, y unas nava- rras, que yo no tenía más remedio que sen- tirme toro, y entusiasmarme, y decirle con toa mi arma: «¡Viva la mare que t'ha parió, toreraza!» A se me queaba impreso aquello; y por eso yo en mi vía, he tenío dos especialidades: como torero, Jas medias verónicas; y como zapatero, las medias sue- las.

Rehi. Y los tacones de cartón.

Pepe á ver si te doy con el martillo en la cabeza,

niño.

EehJc Ha sío una broma, maestro; demás yo

que usté echa al calzao mejores materiales que ningún zapatero; por eso no gana usté, dos reales con la zapatería.

Pepe Y por eso he tenío que agarrarme a poner

esta academia taurómaca, donde ya sabes que viene lo mejorcito de Sevilla, que quié dedicarse al arte de Cuchares, con la sana intención de meterse en el bolsillo a Bermonte, a los Gallos, y a toa esa cuadri- lla de niños que están cortando el bacalao por esas plazas de Dios, y que la mayor parte de ellos ven un toro y no saben don- de tiene el cuerno izquierdo.

Rehí. Al lao del derecho.

10

ESCENA II

DICHOS y SEÑÓ CURRO; éste es un tipo de unos cuarenta años; exageradamente flamenco en el vestir y en sus modales; habla pausa- damente, y cuando dice su frase favorita, parece que dice una sen- tencia

Curro Zalá, zeñores.

Rehi. Aquí está su cuñao.

Pepe Hola, Currito.

Rehi. Que Dios guarde a usté, señó Curro.

Pepe Hombre, vienes que ni pintao.

Curro ¿De qué se trata? (se sienta.)

Pepe Este, que no quiere creer que yo haiga sío,

en mis güenos tiempos, el ídolo taurino de toa Sevilla, Eso lo sabes mejor que na- die, y me parece, que si llega la ocasión, no tendrías inconveniente en jurarlo.

Curro ¿Quién, yo?... ¡Por la gloria e mi mare!

Pepe ¿Tú has visto alguna vé, poner banderillas

como las que yo ponía?... Dilo, hombre, dilo si lo has visto.

Curro No las he visto. ¡Por la gloria e mi mare!... ¡No las he vistol

Pepe Y cuando me tiraba a mata; ¿ha habió

quién largara las medias lagartijeras que daba yo?...

Curro ¡No ha habió quien las diera! No, señó. ¡Por la gloria e mi mare!

Rehi. Pos diga usté que el maestro ha sío un fe-

nómeno.

Pepe Ni más ni menos, ¿verdá, Currito?

Curro ¡Chipén!

Pepe Si yo no hubiera tenío la desgracia de

quearme inútil de esta pierna (La derecha.) en la última cogía que tuve, a estas horas le doy yo mucho ruío a los Gallos.

Rehi. (En la puerta de su casa con una lata.)

Curro ¿Quiés darme un cigarro, Pepe-Hillo, que se me ha acabao el tabaco?...

Pete Sí, hombre, toma.

Rehi. ¿Pero es verdá que no tiene usté tabaco?...

C.rro ¡Por la gloria e mi maie!

21

Pepe Por eso quiero que el que se case con mi

hija sea un torerazo completo. Y si no, ía meto a monja. Rehi. ¡Maldita sea la má!„. ¡Y que yo no sirva pa

torero!... Pepe ¡Tú que vas a servir!... ¡Si el día que aquí

se guisan caracoles, hay que avisarte me- dia hora antes de come pa que te vayas y no te asustes de los cuernosl

Curro ¡Ja, ja, ja! ¡Has teuío gracia, Pepe-Hillo, por... ¡Por la gloria e mi marel

Rehi. Y a última hora, casará usté a su hija con

algún maleta.

PePií ¿Maleta?... Tres señores vienen, como

sabe3, a mi academia; los tres tienen dinero, y están enamoraos de Soleá. Pos no ee la doy a ninguno, mientras yo no vea uno con las suficientes condiciones pa ?er una emi- nencia. ¿Está eso bien pensao, Currito?

Curro ¡Por la gloria e mi marel

Rehil. Diga usté, señó Carro; ¿hace mucho tiem- po que se murió su madre?

Curro Mi mare no se ha muerto entoavía, ni quiá

Dios que se muera.

Rehil. ¡Como siempre jura usté por la gloria e su madrel

Curro ¡Eso es que uno en este mundo tiene una frase célebre, y yo tengo esa pa darle más való a mis palabras!... Es decí, que cuando yo digo: ¡Por la gloria e mi mare!... Ya es el ultimátum. ¿Te enteras?...

Rühil. Sí, señó.

Curro ¿De verdá que te has enterao?

Rehil. (Kemeaándoio.) ¡Por la gloria e mi mare!

Curro ¡Chungueo no! ¿eh?

Rehil. Si no es chungueo. Lo he dicho también como ultimátum, pa darle más való a mis palabras.

Curro ¡Ah! Güeno, güeno. ¿Y aonde está Soleá que no la he visto?

Pepe Está en su cuarto haciendo hilas y prepa^

rando algodón hidrófilo.

Curro ¿Pa qué?

Pepe Pa la lerción de esta tarde.

Curro ¿Pero hay corría en el corral?

Pepe Como que tengo preparao un novillo que

12

CuRKQ

Pepe

Curro

Pepe

■Curro Rehil.

Curro •Pepe

causa nías respeto que una pareja de la Guardia civil.

¿Y lo tienes ya preparao? He traío diez litros de árnica; dos kilóme- tros de vendaje; esta sala como enferme- ría.

Entonces me voy y gorveré luego pa pre- sencia la función. ¿De verda que vas a gorvé, Curro? ¡Por la gloria e mi mare! Ya soltó el ultimátum; no le pregunte usté más.

£alú, Señores. (Vase por la derecha.) Adiós, Currito.

ESCENA III

DICHOS, menos CURRO

Rehil. ¿Y quién toma parte en ese acontecimiento, maestro?

Pepe Los tres señores que conoces; dos fenó-

menos que esto}' esperando de un momento a otro y los alurnos de primera enseñanza que quieran.

Rehil, ¿Quiere usté que pruebe yo a ver si sirvo pa torero?

Pepe Prueba.

Rehil. Pos entonces me voy a come, mientras se reúne la gente.

Pepe Anda y vente pronto si quieres probar tus

facultades.

Rehil. Esta tarde, o me hace polvo ese novillo, o me gano la mano de su hija. Fíjese usté en

estas hechuras. (Con el mandil que se ha quitado marca dos medias verónicas y un recorte, oleándose él mismo mientras las ejecuta.) ¡Ole, ole y ole!...

Pepe ¡A. eso torearás tú; a la armófera! ¡So ma-

leta! Rehil. ¿Maleta?... Esta tarde me lo dirá usté. Hasta

luego. (Vásfe por la derecha.)

id ESCENA IV

SENO PEPE-tTILLO; a poco 3EÑÁ ANGUSTIAS

Pepe Este Rehilete tiene más gracia que un

mono sabio. Y aunque no tiene figura, tuviera algo en el lao izquierdo y való pa arrimarse a los toros, era un yerno pa que ni pintao.

ÁNG. (Entrando por la derecha.) Que DÍOS guarde a

usté, señó Pepe-Hillo.

Pepe Que la guarde a usté primero debajo de una

losa.

Ang. ¿Es que vamos a empezá ya como siem-

pre?...

Pepe Lo que yo quisiera era no empezar nunca;

sería seña de que no tenía el disgusto de verla.

Ang. ¿Pero se pué sabe qué avenates le dan a

usté siempre que yo entro por las puertas de su casa?...

Pepe Que nunca ha venido usté a ella pa

güeno.

Ang. Sí, ¿verdá?... ¿Y a quién le debe usté ahora

los alurnos que tiene en la academia si no es a mí?... Y sobre tó, esos tres señoritos que les están llenando la casa de pesetas porque les enseñe usté cuatro mojigangas, que es lo que usté sabe.

Pepe ¿Mojigangas yo?... ¡No me toque usté al

arte, porque pierdo los estribos! Si esa ca- beza hablara, le diría las cosas que este cuer- po gitano hizo con él en la plaza con el ca- pote. ¡Hasta el mismo toro entusiasmao me dijo ole!

Ang. ¿No entendería usté malamente?...

Pepe No señora. Me abrí de capa... (Le quita el man-

tón, que utiliza como capote, y marca dos medias ve- rónicas y un recorte ridículo mientras se olea él mis- mo ) Y empezó el público: «¡Ole!... ¡Ole!... ¡Ole!...» Acabé la suerte con un recorte más ceñío que un pantalón de talle; el toro se me arrancó y claramente que me decía...

Ang. ¡¡Hulel!

14

Pepe

Ang.

Pepe

Ang. Pepe Ang. Pepe Ang.

Pepe Ang.

Pepe Ang.

Pepe

Ang,

¡Ole!... Pero me empitonó, y de allí pasé a la enfermería.

Lo creo; cuando usté toreaba entraba el ár- nica en la plaza por arrobas. Güeno, menos conversación y al avío. ¿Qué le trae a usté por aquí? Un recao urgente y de interés. Eche usté por esa boca. Vengo de parte de don Tirifilo... ¡Ah, sí; de Bermonte chico! Que lo está a usté esperando en el café de la esquina, pa darle las doscientas pesetas que ha costao el novillo, y de paso ajusta la carne con el carnicero de enfrente que la quié compra. Yo aquí le espero pa que me diga la hora en punto de la corría pa avi- sarle a don Cástulo. ¡Ese que va a ser un torerazo! ¡Ya lo creo!... A m'han dicho que si si- gue toreando, no tardará mucho en que lo veamos con la muleta. ¡Y que va a matar más que el tifus! No, si yo decía con una muleta; porque un toro le va a rompe una pata. Vamos, calle usté, lechuza: que es usté un pájaro de mal agüero. Quédese usté al cui- dao del establecimiento mientras yo güervo.

(Vase per la derecha marcando uu paso torero y una cojera ridicula.)

¡Vaya usté con Dios, catredá taurina!...

ESCENA V

ANGUSTIAS; a poco SOLEA

Ang

Soleá

Ang.

Soleá

Ang.

Solbá

Ang.

¡Torero!. . ¡Si supieras el quiebro que te van

a dar esta tarde!. . (Acercándose a la puerta de la

izquierda.) ¡Soleá!... ¡Soleá!...

(saliendo.) ¿Qué hay, seña Angustias?... ¿Lo

ha visto usté?

¡Ya lo creo!... Y no está mu lejos de aquí.

¿Y mi padre?

Tu padre está entretenío pa un rato.

Pero, ¿dónde?

En el café de la esquina; lo ha cogió don

15

Tirifilo por su cuenta, y ya no !e suelta hasta que sea menesté.

Soleá ¿Y quién es doa Tirifilo?...

Ang. Ese señorito falsifican, que viene a aprende

toreo y tu padre le llama Bermonte chico. Don Luis quiere habla contigo.

Soleá ¿Cuándo?

Ang. Ahora mismo.

Soleá ¿Pero dónde está?

Ang. Esperando una seña mía pa entra. Quiere

ponerse de acuerdo contigo, pa cuando esta tarde estén toos embobaos con la corría, salí de naja en un ariomovi que ya tiene pre- parao.

Soleá ¡Ay, seña Angustias!... ¡Yo tengo mucho

miedo!

Ang. ¡Calla, tonta!... Verás qué pronto te lo quita

él.

Soleá ¡Me va a doler mucho, dejar a mi padre!

Ang. j Pero, mu jé, si es un rato na más! .. Ense-

guía están ustedes de güerta; le piden per- dón, y como él ya tendrá la medicina den tro del cuerpo, verás qué pronto sus abraza, y toos tan contentos. Espera; voy a hacerle

la Seña Convenía... (Va a la puerta de la derecha y hace señas con un pañuelo.) Ya viene. Soleá,

por Dios, no vayas a hace una tontería! ¡Mira «, que ese hombre es capaz de cualquier dis- parate. (Hace medio mutis hacia el foro.)

Soleá ¿Pero usté se va?...

Ang. Naturalmente; ¿qué vi yo a jasé entre dos

tórtolos viudos?... ¿Tú no ves que yo tengo mi alma en mi almario, y al ver a ustedes diciéndose ternuras, me herviría la sangre pensando en mis veinte años?... ¡Ay, Jesús, jesús, las güertas que da el mundo!... (Apa- rece Luis en la puerta de la derecha, y hace señas a Angustias para que se vaya. Angustias no le hace caso

y sigue hablando.) Aquí lo tienes. ¡A ver si hay un mozo en España con estas hechuras pa- joleras!... (Luis saca un pañuelo verde y lo euseña a Angustias.) ¿Lo ves?... ¡El pañuelo verde!... ¡Al

Corral! (Vase por la puerta del foro.)

16

ESCENA VI

SOLEÁ y LUIS

Luis ¡Bendita sea la Virgen de la Soledad!.

Soi ¡LuisI

Luis ¡Alma mía!

Música

Eres la hembra más guapa que nació en Andalucía, la tierra de los amores, del vino y de la alegría.

So; Yo soy de la tierra

donde las mujeres por cariño matan y queriendo mueren.

Lü'.s Si a una mujer andaluza

hace un hombre una traición. -

Soleá. En lo más hondo del alma

guarda siempre aquel rencor.

Y ya no se ablanda, ni apaga sus celos...

Luis Hasta que la miran

unos ojos negro?; que con cariño le digan: nena de mi corazón, si no te quiero de veras que me maten a traición.

Los os Y de noche en la ventana

entre rosas y claveles, juntándolas dos caritas, contándose sus quereres. Mientras que la luna clara,, envidiosa de su amor, entre nubes muchas veces oculta su resplandor.

Y ellos con sus penas y sus alegrías,

en dulce coloquio íes sorprende el día; luego, al separarse,

17

dicen con pasión: No me olvides, niña de mi corazón.

Hablado

Luis Soledad, ¿me quieres?

Solfa ¿Cómo no quererte,

si muero de pena cuando estoy sin verte dos horas tan solo?... ¡Si eres mi alegría!... ¡Si me olvidaras, creo que moriría!

Luis ¿Olvidarte?... ¡Nunca!

jSi eres mi consuelo!.., Si cuando yo miro tus ojos de cielo, tu boca de rosa, tu cara morena, igual que la Virgen de la Macarena, mi alma se exalta; sin querer me excito, y sin que lo note?, te rezo bajito. Ahora yo quisiera tener un tesoro, para edificarte un templo de oro, con una capilla muy retebonita, y poner en ella a mi Virgencita. ¿Y tienes recelo que pueda olvidarte?... fei vivo en el muno'o sólo pa adorarte. Levanta esa cara, que me consuelo; que vea tus ojos de color de cielo, tu boca de rosa, tu cara morena, igual que la Virgin de la Macarena.

18

Soleá ¡Luis de mi vida!

Pide lo que quieras: es tuya mi alma, y mi vida entera; que guarda mi pecho amor tan profundo, que te seguiría hasta el fin del mundo. ¡Bendita tu boca'... ¡Así quiero verte!.., ¡Y que nos separe tan solo la muerte.

¿No me engañas, Luis?... ¿Me llevas contigo para hacerme tu esposa?... Es que dudas de mí?... No, no dudo: pero me parece mucha feli- cidá.

Más te mereces Luego, cuando empiecen en el corral la lidia del becerro, tu. padre esté dirigiendo y todos entusiasmaos con la fun- ción, yo me acercaré a esta puerta, en la calle habrá un auto, salimos en él, y verás qué poco camino hay de aquí a la felicidá.

Soleá ¿Y mi padre, Luis?

Luis ¿Tu padre?... Luego, cuando volvamos, le

pediremos que nos perdone y se venga con nosotros. Mientras tanto, ya le quitarán el susto, con un calmante que le dejo rece- tado.

Soleá ¿Me lo jura-?

Luis ¡Por mi madre!... ¿Confío en ti?...

Soleá Confía.

Luis ¡Hasta luego, mi vida!

SOLEÁ ¡AdiÓS, mi almal (Vase Luis por la derecha; Soleá

le acompaña hasta la puerta.)

Luis

Soleá

Luis

Soleá

Luis

ESCENA VII

SOLEÁ y SEÑA ANGUSTIAS

Ang.

Soleá

(saliendo del corral.) ¡Ay, Dios mío de mi al- ma!... ¡Quién tuviera treinta años menos, y un gachó como ese pa este invierno, que son las noches largas!... ¿Que dice usté, seña Angustias?

19 Ang. Na, hija mía. ¿Se ariegló ya eso?

SOLEÁ (Secándose las lágrimas.") Sí, Señora.

Ang. ¿Y vas a llorar por eso?... ¡Jesú, Jesú y Je-

sú!... ¡Y qué poca sustancia, tienen estas ni- ñas de hoy en día!... ¡Cudiao con llorar por que se la lleva el novio!.., ¡Cuántas habrá que lloran, porque no encuentran quien se las lleve!...

Soleá Si mi llanto no es de pena.

Ang. ¿Entonces, de qué?

Soleá De emoción... de alegría, de... qué yo...

No acierto a explicarme.

Ang. Pues seca tus lágrimas, que ya viene tu pa-

dre.

Soleá No tenga usté miedo.

ESCENA Vííl

DICHAS; PEPE-HILLO y REHILETE PtíPE (Cantando con música de la Carmen.)

Torero soy bravo matador torero soy... ¡Jeee!... ¡Embístame usté, seña Angustias!...

Ang. ¡Que le embista a usté el demonio, que di-

cen que tiene güenos cuernos!

Soleá Pero padre, ¿por qué está usté tan contento?

Pepe ¿Que por qué?... ¡Porque esta tarde se veri-

fican en mi academia, los primeros ersáme- nes prárticcs, ¿y a que no sabes cuál es el premio?...

Soleá ¡Qué yo!

Pepe El premio, eres tú; porque te caso con el

que más condiciones presente de torero.

Rehil. Excuso decirte, que esta tarde, o me mata ese novillo, o me caso contigo.

Soleá Eso será si yo quiero.

Pepe Desengáñate, Rehilete; no te casas con

mi hija, porque no reúnes las condiciones suficientes pa ser una eminencia. Soleá se casará seguramente, con uno de los fenó- menos que espero.

Soleá ¿Con un fenómeno, me quiere usté casar?

Pepe ¡Con un fenómeno taurino!

-— 20 ~

Rehil. ¿Y quiénes son esos fenómenos, maestro?...

Pepe Uno, el Faroles; el otro, el Penitas.

Ang. ¡Jesú, y que torero más triste!

Pepe ¿Y a usté qué le importa, seña Fatigas?...

Ang. ¡Angustias, me llamo!

Pepe Lo mismo da Fatigas, que Angustias. Ya se

pué usté estar largando, y decirle a don Cástnlo, que a las tres en punto empiezo la corrida. Y tú, alza pa dentro.

Soleá Ya me voy: pero no crea usté que yo me

voy a casar con el primer maleta que a usté se le antoje.

Pepe ¡Tú te casarás con el que a me la ga-

na; y si me dices que no, te descabello a pulso.

ANG. Hasta luego, Soleá. (Vase por la derecha.)

Soleá Vaya usté con Dios, seña Angustias- (vase

por la izquierda.)

Pepe Y tú, y yo, vamos a ver si falta algo que

arregla en la plaza. Rehil. Vamos allá, (vanse ios dos por el foro.)

ESCENA IX

CORO DE ALUÜN03

(El coro de señoras en tiajes de chicos; con pantalones de talle, guayaberas y gorras. Todas llevan capotes de brega.)

Música

Aquí estamos los alurnos que aprendemos a torear porque es el único arte para poder prosperar. Con aplausos y riquezas empezamos a soñar y a imitar a Pepe-hillo nos queremos dedicar. Que es la cosa más bonita. y la más bella ilusión vestir el traje de luces y causar admiración. Y luego en la plaza

21 -

salir en cuadrilla que se vuelvan locas todas las chiquillas.

\ Paseo.)

| En el resto del número van ejecutando cuanto dicen.)

\1 salir el toro abrirse de capa y con gracia fina larga una navarra. ¡Jeé!

Si el toro se arranca,

con arte y valor,

se le larga un recorte ceñío

y estalla en la plaza

la gran ovación.

Seremos del toreo

la flor y nata;

somos lo más castizo

que hay en Triana.

ESCENA X

DICHOS: PEPE-H1LL0 y REHILETE

Hablado

Pepe ¡Ole mis niñosl

Müg. |Salú, maestro!

Pint. No dirá usté que no sernos puntuales a la

lerción.

Pepe Así me gusta a la gente. Vamos a vé,

Migita: a ver si te acuerdas de la lerción ar- moférica que te di ayer. ¿Cómo se le paran ios pies a un toro?...

Rehil, Amarrándolo.

Pepe A ver si te callas, guasón, que no te pre-

gunto a ti.

MlG. Fíjese U3té. (Se abre de capa, y marca varios lan-

ces.) PePE (Mientras Migitas va ejecutando las suertes.) ¡Ole!...

¡Olel... ¡Ole!... y [Ole! ¡Bendita sea la mare que t'ha parió, Migita!... Vamos a vé, tú, Pinturero, Un par de banderillas al quiebro; pero con ange.

PlNT. Ahí va. (Marca el quiebro.)

Pepe ¡Ole tus hechuras!... Y basta de lerciones

armof ericas, que pronto vamos a empezá

22 -

con las prárticas. ¿Ustedes están conformes en tomar parte en la lidia del novillo?

Todos Si, señó.

Üehil. ¿Quiere usté darme a mi otra lerción armo- i erica?...

Pepe A ti te voy yo a da un puntapié, que vas a

cruza la armófera. Y basta de algarabía, que ya están aquí los aiistócratas.

ESCENA

DICHOS y DON TIRIFILO, DON CÁ8TÜLO y DON SERAFÍN, con fraques, chisteras y grandes coletas: entran seguidos de tres criados con libreas, llevando cada uno una bandeja, con los utensilios de torear, una guayabera y gorra, que a su tiempo cambian los seño- res, por el frac y la chistera. El CORO general entra en escena de- trás de ellos

ESiisica

Señores Somos tres aristócratas de rango

que al toreo nos queremos dedicar; que es el único arte que hoy día en España ee puede admirar. Criados Y nosotros no tenemos dos pesetas

y estudiamos los tres para maletas. Señores Ya no hay ministro

ni diputado,

ni hombre de ciencia

a quien admirar,

que se le otorguen

los homenajes,

que hoy a un torero

se le suelen tributar. Criados Ya no hay criado

de casa grande,

aunque lo sea

de un senador,

que fume brevas

y vaya en coche,

como el maleta

de un matador. Señores Por eso nos dedicamos

al clásico volapié,

Crtado l.o Criado 2.o Criado 3.o

Los SEIS

23

al pase de molinete y al recorte de chipén. Y creo que llevamos muchísima razón; el toreo salvará y regenerará nuestra nación. Sí, señor.

Sí, señor. Sí, señor.

Sí, señor. El toreo salvará y regenerará nuestra nación.

ESCENA Xli

DICHOS y SEÑÓ CURRO

Hablado

Curro ¡Que Dios bendiga a ustedes!...

Pepe ¡Hola, Currito!

Rehil. Ya decía yo, que no venía el señor Curro.

Curro Dije que no faltaba... ¡Por la gloria e mi mare!

Rehil. Es verdá,que soltó el ultimátum.

Pepe Oirme dos palabras, señores: falta un coar-

to de hora, pa da principio a la corría; yo creo que no faltará el való a ninguno de los presentes pa torear, banderillear y mata como mandan los cañones, a ese morucho que tenemos encerrao. El Faroles y el Peni- tas, no pueden tarda; mientras tanto, voy a presentarles el premio con que será orse- quiao, el que demuestre que tiene más való y más cantidá de torero... ¡Soleá!... ¡Soleá!...

ESCENA XIII

DICHOS y SOLEÁ, por la izquierda

Soleá ¿Qué quiere usté, padre?...

Curro ¡Adiós, chiquilla!

Soleá ¡Que Dios guarde a usté, tío!

Cukro ¡Ca día estás más guapa, Soleaíya!

24

Soleá ¡Vamos, tío, no tea usté guasón!

Curro ¿Cómo guasón?...

Pepe Ven acá, hija mía% que quiero presentarte

a estos señores.

Soleá ¡Por Dios, padre!...

Ser. ¡Bendito sea su papái

Pepe ¡Gracias, don Serafín!

CÁs. ¡Bendita sea su mamá!

Pepe ¡Que en paz descanse, don Cástulo!

Tir. ¡üendita sea!...

Soleá ¡Señores, por Dios, basta de florea!

Pepe Vas a canta alguna cosita, pa que estos se-

ñores te oigan.

Soleá ¡Déjeme usté de cantares, que tengo mi

alma mu triste!

Tir. ¿Y nos va usted a dejar con el deseo?

Soleá Si es que no qué canta.

Pepe Aquellas trianeras, que tanto me gusta

oirte.

Soleá Les ar vierto que no tiene na de partícula.

Curro ¿Cómo que no tiene na e partícula?... ¡Las canta como Dios!...

Tir. ¡Ya lo creo!... ¡Usted debe cantar como un

ruiseñor!

Pepe (Este tío es demasíao fino pa torero.)

Curro ¡Anda, chiquilla, que yo te acompaño! Ven-

ga la guitarra. (Coge la guitarra y se sienta para tocar.)

Cas. iVensa de ahí!

Música

Soleá Soy andaluza nativa,

nací en el mismo Triana. Coro ¡Ole!

Soleá Y por eso por mis venas

corre sangre de gitana. Cuando mi serrano me dice: «¡Te quiero!» le clavo mis ojos que despiden fuego. Porque no hay un gachó que resista de mis clisos negros el dulce mirar, ni me diga al mirarme a la cara dame tu cariño o mátame ya. Coro Porque no hay un gachó que resista

25

de sus clisos negros el dulce mirar, ni le diga al mirarla a la cara dame tu cariño o mátame ya. •'Solea í por eso teago

siempre quien me quiera.

y se vuelva loco

por la Trianera.

II

No hay quereres en el mundo. tos los quereres son falsos. Coro ¡Ole!

Solea Y la mujer quiere al hombre

porque es el bicho más malo. En cuanto que uu hombre nos dice te quiero, son nuestros ojitos dos ascuas de fuego. Y a la luz de la luna en la reja se pasan la noche en coloquio de amó, entre rosas y campanillitas que tocan a gloria cuando hablan los dos. Coro Y a la luz de la luna en la reja,

etc., etc. Soleá Y si alguno quiere

saber qué es canela, que tenga por novia a una trianera. Curo Trianera, trianera,

eres, niña, la más sandunguera.

Hablad®

ReH!L. (En un arranque de entusiasmo y tirándole la gorra a

los pies.) ¡Bendita sea la madre que estuvo nueve me»es pensando en traerte al mundo!

Pepe ¿Pero qué viene a eso, niño?

Rehil. Esto es el entusiasmo que no me cabe en el cuerpo, y se me sale por toas partes.

Pepe ¡A ver si te quito yo el entusiasmo de una

pata!

CÁs. ¿Y no presidirá usté la corrida?

Pepe ¿Quién?... ¿Esta?... ¡No señó! Tiene ya su si-

tio señalao,

26

Seh. ¿Cuáles?

Pepe Quedarse aquí, por si hubiera que curar al-

gún herío.

Tir . ¡Quién tuviera la suerte de que lo cogiera el

toro, para tener la dicha de ser curado por usted!...

Pepe (¡Cuando yo digo que este tío es demasiao

fino pa torero!)

ESCENA XIV

DICHOS; el FAROLE3 y el PEN1TAS

Estos son dos verdaderas caricaturas. Visten: pantalones exagerada- mente altos de talles; chaquetillas, exageradamente cortas; sombre- ros de alas anchas. Llevan coletas grandísimas, y traen capotes de brega. Son íeos, hasta más no poder

Far. ¡Salú y pesetas!

Pfpe ¡Adelante los fenómenos!

Soleá Sí, que tiene razón, en llamarle fenóme-

nos.

Rehil. ¡Cqmo que son más feos, que un día sin co-

mer!

Música

(Durante el número, los tres señoritos sustiiuyen el frac y la chistera por la guayabera y la gorra.)

Los dos Estos dos torerazo3

que lien delante. F\u. Que tien delante.

PEN. (Sollozando.)

Que... tien... de... lan... te. Far. Matan toros tan grandes

como elefantes. Pen Como ele... fan...tes.

Far. En abriéndome de capa

muchas veces demostré

que parao dejo a un toro

aunque tenga muchos pies. Pen. Si yo me voy hacia el toro.

aunque ya esté mu parao,

y le largo dos faroles,

me resultan a .. pa... ga... os. Far. Y he podio demostrar

Pen . Y he podio demostrar

que si me echan cuatro toros» los cuatro...

Far. i Vari al corral!

Los DOS

En Madrí nos tomaron

por dos maletas.

Far.

Por dos maletas.

Pení

Por... dos... ma,.. le... tas.

Los DOS

Porque no se fijaron

en las coletas.

Pen.

En las... co... le... tas.

Far.

Y en la primera corría

a muchos le demostré

que poniendo banderillas

no hay quien me pueda vencer

Pen.

En Vallecas me pidieron

que también pusiera un par

y se las puse en la espalda

a un guardia municipal.

Far.

Y he podido dernostrá

Pen.

Y he podido demostrá

que si me echan cuatro toros,

ios cuatro...

Far.

Van al corral.

Hablado

Pepe Señores, tengo el gusto de presentarles ei

primer fenómeno de España. Salvador Ven- tosa, alias «el Faroles».

Far. Pa servir a tos ustedes.

Tir. Gracias en nombre de mis compañeros.

CÁs. Tengo entendido que es usted un torero de

mucha luz.

Rehil. Naturalmente: «el Faroles».

Tir. ¿Y qué ganado torea usted con más gusto?

Fak. Tos iguales: a me echan miuras, y me

los como. jMe echan veraguas, y me los bebo!... ¡A me echan palas...

Rehil, Y medias suelas, y le arreglan el calzao pa un poco e tiempo.

Curro ¡Has estao güeno, Rehilete, por... ¡por la

gloria e mi mare!

28

Pepe A ver si no empezamos con guasitas. Jere-

mías Delgao, alias «el Penitas». Cas. ¡Tanto gusto!

PfiN. (Medio llorando.) Es... ti... man... do.

Pepe Otro fenómeno.

Pen. (ídem,) Es. . ti... man... do.

Ser. Ya sabemos que donde usté torea arma un

escándalo,

Pen. (ídem.) Es... ti. . man... do.

Soleá En cuanto yo le vi la cara, le dije a mi pare

que era usté un fenómeno.

Pen, Es... ti... man... do.

Pepe Señores, se han repartió ciento cincuenta

invitaciones, se ha abierto la puerta princi- pal y están tos los asientos ocupaos. Hay una banda de murguistas pa que armenice el paseo con un pasodoble; conque no esta- ría de más irse preparando.

Far. Cuando ustedes quieran.

Pepe Prepararse, niño, que vi a jasé la seña.

(Todos forman de espaldas al público para hacer el paseo hacia el corral. Pepe hillo se asoma, da la señal y ataca dentro el pasodoble, a cuyos acordes van des filando hacia dentro entre aplausos.)

ESCENA XV

SOLEÁ y REHILETE

Rehíl. Solea Rehíl,

Soleá

Rehíl iSoleá

Rehíl, Soleá Rehíl.

Soleá

Soleá, ¿no quieres ver la corría? No tengo ganas de fiesta. Oye: si logro quear bien toreando y tu pa- dre lo permite, ¿te casarías conmigo? Ni contigo ni con ninguno de esos mama- rrachos que han salió a ese corral a hacer el burro.

¿Y si tu padre lo manda? ¡A este (ai corazón.) no hay quien le mande. ¡Yo quiero a un hombre y no he de dejarlo por nadie, y menos por un torero! Entonces no toreo.

Haz lo que quieras. (Suena dentro el clarín.)

Ya sale el novillo: voy a verlo desde la ba- rrera. (Vase foro. Dentro se oye un aplauso.)

¡Cómo se divierten tóos mientras yo sufro!

ESCENA XVI

SOLEÁ y SEÑA ANGUSTIAS

¡Con toa mi alma! ¡Máü

Ang. ¡Soleá!

Soleá ¿Qué hay, sena Angustias?

Ang. Hay que ha llegao la hora de que le prue-

bes a don Luis que le quieres.

Soleá ¿Que si le quiero?

que nunca!

Voces ¡Ole!... ¡Ole!... (un grito general.) ¡¡Ayü

Ang. ¿Qué es eso?

Soleá Ña; algún revolcón.

Ang. ¿Estás decidía a seguirle?

Soleá Sí; antes que mi padre quiera casarme

con uno de esos desgraciaos.

REHIL . (Seguido de dos que conducen al Faroles completa-

mente destrozado.) Traerlo por aquí. Ang- ¿Viene herío?

ReHIL. Sí, señora. (Colocan al Faroles en una silla y vanse

los que le han traído.)

Soleá ¿Dónde tiene la coma?

Rehil. Si no ha sío corná. Ang. ¿Pos qué ha sío?

Rfhil. Que se ha asustao del toro

callejón de cabeza. Solea ¿Y quién es?

Rehil. «El Faroles». Ang- ¡Probesito! ¡Se conoce que

los cristales! Soleá Hay que curar a este hombre.

Ang. Déjalo ahí, Rehilete; yo lo curaré. (Rehilete se

asoma a la puerta del foro. Angustias a Soleá.) lU,

lárgate, que don Luis te está esperando en la calle con un artomovi.

Soleá ¿Dónde quiere llevarme?

Ang. A ninguna parte: no quiere más que darle

un FUSto a tu padre y obligarle a que con- sienta en que se case contigo.

Soleá ¿Me lo jura usté?

Ang. ¡Por mi salú!

Soleá Voy, y sea lo que Dios quiera.

ANG. ¡Adiós! (Soleá coge un mantón de la entrada de su

cuarto y vase por la. derecha.) Voy a Curar a este

se ha tirao al

le han roto tos

30

fenómeno. (Empieza a curarlo. Dentro suena un aplauso.)

Rehü,. ¿Qué habrán hecho ahora? (Entra.)

YOZ (Dentro. Un grito.) ¡¡ Ayü

Ang. ¡Santa Bárbara bendita!...

Voz (Dentro.- Otro.) ¡¡&yü

Ang. ¡Que en el cielo estás escrita!...

VOZ (Dentro. Otro.) ¡¡Ayü

Ang. ¡Válgame Dios, y qué catástrofe!

ReHIL. (Seguido de cuatro heridos que traen entre el coro de

caballeros.) Traerlos por aquí.

VOZ (Dentro. Grito.) ¡¡Ay!í

Rehil. ¡Jesú, Jesú y Jesú!... ¡Y cuánto lisiao!... (sue-

na el ciaría.)

Voces (Dentro.) ¡El Maestro! .. ¡El Maestro!...

Ang. ¿Qué piden ahora?

Rehil. Que lo mate el Maestro.

Ang. ¿1£1 Maestro?... ¡Se. va a cerrar la zapatería

por defunción! a ver lo que pasa allí

dentro, Rehilete.

ReHIL. Voy. (Vase. Angustias sigue curando heridos, entre

los que se encuentra el Penitas.)

Voz ¡Ole!.. ¡Oír!... ¡Ole!... (un grito.) ¡¡Ayü

Rehíl. (saliendo muy aflgüdo.) ¡Maldita sea la má!...

Ang. ¿Qué ha pasao?... ¿A quien han cogió ahora?

Rehil. ¡Al Maestro!.. ¡Ha subió tan alto, que si lo

ven en Francia, lo toman por un Zepelínl

Ang. ¿Pero cuándo se acaba esa corría?...

Rehil. ¡Si eso no es una corría!... ¡Eso es la guerra

europea! Hasta luego. (Haciendo medio mutis ha- cia la calle.)

Ang. ¿A dónde vas?

Rehil. A buscar la cruz roja.

Ang. Estáte aquí, y poniendo vendas. (Rehilete.

ayuda a Angustias en la curación.) REHIL. Aquí está el Maestro. (Sacan al Maestro entre dos,

y lo colocan en una silla en el proscenio. Viene sin sentido, y completamente destrozado.)

Voces (Dentro se oyen a coro de:) ¡Que lo amarren!...

¡Que io amarren! .. Ang. ¿Qué piden ahora?

Rehil. Que amarren al novillo pa darie la puntilla,

Seña Angustias, reconozca usté al Maestro

a ver si tiene sangre. Ang. ¡Qué va a tener sangre éste! (Reconociéndolo.)

Rehil. ¿Pos qué tiene entonces?

31

Ang. Cuatro cardenales, y un obispo,

Pepe (volviendo en sí.) ¿De dónde vengo?

Ang. Del cielo, según dice Rehilete, (se oye dentro

un aplauso.)

ESCENA XVII

BICHOS: los SEÑORITOS, los CRIADOS, SEÑOR CURRO y CORO general

Pepe ¡Soleá!... ¡Soleá!... ¿Dónde está mi hija?

Ang. (Ya te lo dirán de misa.)

Niño (Que entra.) ¿Está el señó Pepe-hillo?

Pepe ¿Qué hace falta?...

Niño Esta carta que m'han dao pa usté. (Le da la

carta y vase.) PEPE (Después de leer la carta con la vista.) ¡Lo mato!...

¡Lo mato!... Curro No te molestes, Pepe-hillo, que ya i'han

echao el lazo, y l'han dao la puntilla. Pepe ¡Si no es al toro!

Curro ¿Pus a quién?

Pepe ¡Al granuja que me ha robao a mi hijaí

Curro ¡Tu hija!... ¡El que lo mata soy yo!. ¡Por la

gloria e mi mare!... ¡Que me lo traigan!

CáS. Tome USted. (Dándole un sobre.)

Pepe (Saca del sobre una carta y un billete de banco. Lee.)

«¡Calma!» ¡Y quinientas pesetas!... ¡Enton- ces no es tan granuja como yo me pensa- ba!... ¡Me manda quinientas pesetas!...

Cas. Naturalmente.

Pepe ¡Pero no importa! ¡Mi hija no se paga con

quinientas pesetas!... ¡Mi hija no se paga con to el dinero del mundo!... ¡Es un cana- lla!... ¡Un ca...!

TlR. Tome Ubted. (Dándole otro sobre.)

Pepe «Calma y prudencia»... ¡Y quinientas más!...

¿Saben ustedes que me va pareciendo sim- pático?...

Tir. ¡Pues es claro!

Pepe Mil pesetas no se sueltan ahí como quiera.

¿Pero y la infamia que ha hecho conmigo?...

SER. Tome USted. (Dándole otro sobre.)

Pepe ¡Otras quinientas!... ¿Esto qué viene a ser?...

¿Quiénes son ustedes?...

CÁs. Tres cómicos encargados de hacer estos pa-

peles, y organizar esta corrida, mientras se efectuaba la fuga.

Pepe Pero; ¿quién es él?... ¡Quiero verlo!... ¡Yo se

lo perdono to, con tal que me devuelva mi hija!

ESCENA ULTIMA

DICHOS, SOLEÁ y DON LUIS

Luís Aquí la tiene usted.

Soleá ¡Perdón, padrel

Pepe ¿Quién es usté?

Luis Su hija se lo dirá.

Soleá El único hombre que quiero; no se empeñe

usté en casarme con otro, porque no ha de- conseguirlo.

Pepe ¿Qné se había usté propuesto hacer en mi

ca^a?...

Luí* Dos cosas; primera., ser su yerno; y segunda,

quitarle de la cabeza la tontería del toreo, que un día u otro, sería su perdición.

Pepe Tiene usté razón; soy un animal.

Ang. La primera verdá que ha dicho en su vida,

Luis Ye le daré lo necesario para poner una za-

patería de lujo, y déjese de toreo, y acuér- dese del reirán: «zapatero a tus zapatos.» Y si estos desgraciados que me escuchan, quie- ren tomar mis consejos, no tardarán mucho en comprender, que no hay nada tan her- moso, como el trabajo honrado.

Pepe Habla como un libro. ¿Verdá, Curro?...

Curro ¡Por la gloiia e mi mare!

Pepe (ai público )

Soy tan feliz, que en el mundo no habrá quien se me compare: mas si aplaudís un segundo, mi afecto será profundo...

Curro ¡Por la gloria de mi mare!

TELÓN

Obras cié (Jníonio palero

El maestro Zaragata. Entremés.

/ Vaya caló: 1 lena.

La Mari- Pepa. Entremés con música de Rafael Fer- nández Duran.

El cuarto núm. 10, Juguete cómico En colaboración con Antonio Alcaide.

Gente de playa. Zarzuela en un acto.

La florera. ídem, id.

Lirios, espinas y espinacas. Juguete cómico.

D& prueba. Entremés con música.

Amor Ubre. ídem, id

jDon Juan!... ¿Don Juan!... Parodia lírica.

La escuela de los fenómenos. Caricatura taurina en an

ÜCtO,

Precio: UKGL peseta